lunes, 18 de mayo de 2009

Carta escrita a raiz del fallecimiento de Raul Alfonsin.-

Hola:
Te escribo para darte dos noticias, una mala y otra buena. Te doy la mala así no te quedas con el sabor amargo del infortunio.
Falleció Raúl, si, algún día llegaría. Aunque siempre nos pareció inmortal. Si Raúl, ese que tantos años admiraste y defendiste con vehemencia, el que te hizo gritar parada en una silla ante miles de personas en esa convención de Parque Norte.
Si se fue, fueron tres días muy tristes. Solo eso sucedía en el país de los medios. Nos llevo a muchos a re vivir nuestra infancia hasta el día de hoy. Dejándonos un sabor amargo en cuestiones cívicas. Todos estos años no se hizo más que quejarse y culpar al otro de nuestras propias oscuridades.
El pueblo salió a la calle, se volvieron a ver muchas banderitas juntas, espero que sean juntas y no hayan sido amontonadas.
Los medios hablaban de volver a creer, de la esperanza, de los políticos en serio y la gente decía cosas muy bonitas del ex presidente, tan bonitas como horrendas cuando le toco gobernar. Hoy muchos parecen entender que algunas cosas no eran tan fáciles de realizar en ese momento. Pero en aquel tiempo pedían sangre. Como hoy piden por los que delinquen. Como si nada hubiese sucedido en todos estos años. Como si la ausencia del estado en los noventa fuese gratuita.
Hoy parece que las ideas que uno defendía en ese momento vuelven a renacer, y antes los raros éramos nosotros.
Nos quisieron hacer creer durante mucho tiempo que la política era mala palabra y con eso se quedaron muchos.
Pero volviendo a nosotros, me acordaba en estos días cuando yo tenía poco más de diez años y vos volvías con papá y unos amigos de la marcha multi sectorial del 82. Donde, por última vez, los militares sacaron corriendo a palos a y gases a la gente de la plaza. También me acordaba del 83, yendo al comité, acompañando a papá y ver como muchos discutían y hablaban de cosas que en ese momento no entendía mucho, pero después me di cuenta que se trataba, básicamente, de tener esperanza, defender ideales y ser libres. De eso se trata la democracia, no? Nunca voy a olvidar el acto de cierre en el obelisco, nunca había visto tanta gente junta y nunca más la volví a ver.
Era la “primavera democrática”, como dicen muchos y si, después como las estaciones en algún momento llegó el crudo invierno. Pero ese es otro tema, estoy tratando de acordarme los buenos momentos. Porque entiendo que la noticia es bastante triste.
Sabes que recibí un mensaje, a las pocas horas de la muerte, de Coqui que decía, “Un abrazo grande, se que estarás muy triste”, si Coqui el del secundario, el que no veo desde hace casi ocho o nueve años. Y tenía razón estuvimos muy tristes. Con Ana pensamos en algún momento como hacer para ir para allá, al velorio, pero estamos muy lejos. Hable con el viejo a cada rato y vivimos el estar un poco allá desde el y la hermana de ana, como se viven muchas cosa cuando se esta lejos.
Te repito me acorde de muchos buenos momentos, desde el 82 hasta ahora, pero no puedo dejar de pensar lo que sucedió después de Raúl y como nos afectó a todos esa falta de credibilidad por las instituciones que solo beneficio a unos pocos, los mismos de siempre. A los que de alguna forma parecía que se habían ido en el 83. Que hoy parecen estar de vuelta en algunos lados gracias a la democracia que tanto hicieron por desprestigiarla.
Pero bueno, el otro día con el viejo nos acordábamos cuando nos vinimos de Salta en colectivo para esa convención nacional, que bárbaro, las cosas que hicimos pensando en que algo podía cambiar. Eso a veces me da tristeza.
Lamento mucho tener que darte esta noticia, pero me queda la buena, espero que la tomes así, ahora por una de esas casualidades te lo encontrás, y te dice esas cosas lindas que solía decirte cuando te veía. Si lo ves mandále saludos y decíle que fue un día muy triste cuando se fue y mucha gente lo vivió así.
Bueno te mando un abrazo grande, te extraño mucho.
Leu.-